Foro: Gestión del riesgo: marco conceptual de la Gestión de Riesgos en Costa Rica.

Grupo #4. Foro: Gestión del riesgo: marco conceptual de la Gestión de Riesgos en Costa Rica.

Grupo #4. Foro: Gestión del riesgo: marco conceptual de la Gestión de Riesgos en Costa Rica.

de Ana Cristina Sotomayor Aguilar -
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Integrantes: Álvaro Quesada Chaves, José Francisco Navarro Coto, Eduardo Antonio Parra Ulate, Jessika Rojas Quesada, René Guillermo Santos Herrera, Ana Cristina Sotomayor Aguilar

Los estudiantes deben integrarse en grupos de trabajo, y desarrollar la discusión a partir de estas tres preguntas generadoras: 

¿Cuáles son las acciones para la correcta gestión del riesgo en salud pública?

Cuando se presenta una amenaza o un daño para la salud humana o el medio ambiente, hay que tomar medidas de precaución incluso cuando la relación causa-efecto no haya podido demostrarse científicamente de forma concluyente. Esta declaración implica actuar aun en presencia de incertidumbre, derivar la responsabilidad y la seguridad a quienes crean el riesgo, analizar las alternativas posibles y utilizar métodos participativos para la toma de decisiones.

El principio de precaución puede describirse operativamente como la estrategia que, con enfoque preventivo, se aplica a la gestión del riesgo en aquellas situaciones donde hay incertidumbre científica sobre los efectos que en la salud o el medio ambiente puede producir una actividad determinada.

El principio de no maleficencia, primum non nocere, y contiene muchos de los atributos de la buena praxis en salud pública, como son la prevención primaria y el reconocimiento de que las consecuencias imprevistas e indeseables de la actuación humana no son infrecuentes. Cuando se dispone de evidencias demostradas de riesgo para la salud o el medio ambiente, se aplican medidas preventivas; cuando no existe esa certeza pero hay indicios de posibles efectos per- judiciales, deben instaurarse acciones de forma anticipada (medidas de precaución) para evitar el potencial daño. 

La toma de decisiones en el ámbito de la salud pública suele basarse en la determinación cuantitativa del riesgo, de manera que la restricción de actividades potencialmente peligrosas se produce, con frecuencia, una vez que los estudios científicos han establecido una asociación presumiblemente causal entre dichas actividades y su impacto adverso sobre la salud.

La evaluación del riesgo, proceso sistemático de identificación de las potenciales consecuencias adversas de una actividad, tecnología o producto y de estimación de la probabilidad o riesgo de que se produzcan, consta de 4 etapas: identificación del riesgo, caracterización de la relación dosis-respuesta, valoración de la exposición y estimación del riesgo. El resultado final incluye, por una parte, una declaración cuantitativa y cualitativa de los efectos esperados sobre la salud y del número y la proporción de personas afectadas, y por otra, una aproximación a las incertidumbres halladas. Este proceso tiene cierta similitud con la investigación epidemiológica pero, al tratarse de un instrumento para ayudar a la toma de decisiones y la definición de políticas, se aplica a poblaciones como las que constituyen un país e intenta contestar de manera formal y estricta preguntas, en general, de difícil respuesta.

Es importante que  se forme un Equipo Gestor del Riesgo, en donde intervengan diferentes instituciones con procesos conformados y atinentes a la respuesta ante la amenaza, además, que se realicen programaciones de sesiones de trabajo y se puedan analizar datos e información de gran importancia para la toma de decisiones, siempre con la finalidad de poder proteger y minorizar situaciones de riesgo.

Los gestores de riesgos están adoptando una actitud más activa en los hospitales, colaborando con el resto de los profesionales sanitarios en el desarrollo de iniciativas de prevención de errores. 

La manera de formular y comunicar la información sobre los riesgos a los individuos o las autoridades, a los científicos o al público general, puede ser decisiva para lograr el máximo impacto en la percepción pública. Hay que considerar también su rol para convencer a los profesionales de la salud pública y a las altas autoridades de la trascendencia de los riesgos para la salud y del interés de adoptar diferentes intervenciones.

2. ¿Cómo se relaciona la gestión del riesgo y la epidemiología en el contexto actual?

En el contexto de la salud global, la relación de gestión de riesgo y epidemiología debe ser simbiótica. Una se nutre de la otra y viceversa. La epidemiología brinda las bases científicas con análisis de datos y su respectiva interpretación. Brinda un panorama, con sustento bibliográfico, enriquecido con los antecedentes de gestiones previas en diferentes escenarios.

Por otro lado, la gestión es el mecanismo por el cual se toma la epidemiología como criterio técnico y se utiliza para sustentar decisiones. La capacidad de análisis por el grupo gestor no se limita a lo ya descrito, sino a la forma en que adaptarán lo ya utilizado en un nuevo evento.

El accionar en epidemias, brotes, desastres naturales, se encuentra descrito en producciones epidemiológicas. No obstante, el reto consiste en que ante la aparición de enfermedades emergentes y otras que ya se creían superadas, la gestión unifique este conocimiento.

El conocimiento generado en este fenómeno, será de utilidad para la epidemiología y dará vida a nueva evidencia e información por analizar. Optimizar el tiempo de diagnóstico y reacción al mismo; así como mitigar el impacto en los distintos elementos sociales. Son resultados deseables de un buen análisis histórico epidemiológico por parte de un grupo gestor maduro y proactivo.

3. ¿Cuáles son los principales retos para la coordinación de la recuperación post evento de emergencias y desastres en el sector salud?

La coordinación de la recuperación post evento de emergencias y desastres en el sector salud enfrenta varios retos importantes. El manejo de estos desafíos es crucial para poder gestionar las consecuencias post un evento de emergencia y así poder asegurar una recuperación efectiva. Entre los principales retos tenemos: 

- Gestión de recursos: La recuperación de recursos, tanto equipo médico, infraestructura, personal médico. El reto es obtener una distribución equitativa y eficiente de recursos limitados, poder recuperar las infraestructuras dañadas de salud para poder restablecer los servicios básicos, y poder volver solventar las necesidades básicas de los centros de salud.  Además de poder priorizar qué servicios de salud deben restablecerse primero y cómo expandirlos a medida que la situación mejora.

- Plan de contingencia para futuros desastres: Fortalecimiento y preparación de los sistemas de planificación nacional, sectorial y territorial para que cuenten con la capacidad de construir y formular, con antelación a los desastres, estrategias para la recuperación que puedan ser implementadas con prontitud apenas ocurra un evento.

- Diseñar planes nacionales, regionales y locales de recuperación post-desastre, teniendo en cuenta los diferentes escenarios de riesgo de cada territorio y que puedan ser ajustados a la situación real después de sucedido un evento. 

- Desarrollo e implementación de estrategias de reducción y gestión del riesgo de emergencias para poblaciones desplazadas dentro de los países, individuos con discapacidades y países en situación de alta vulnerabilidad.

- Salud mental y el bienestar psicosocial: Los desastres tienen un impacto significativo en la salud mental de las personas afectadas. Proporcionar apoyo psicosocial y servicios de salud mental adecuados es esencial, pero a menudo se subestima y se sub-financia en los esfuerzos de recuperación. 

- Creación y capacitación de equipos multidisciplinarios en diferentes puntos del país que se puedan desplegar de manera rápida para minimizar las consecuencias de un evento de emergencia.

- Conocimiento sobre el reglamento de salud internacional para adaptarlo a los planes o estrategias nacionales.