Partiendo de que uno de los principios de la calidad es el enfoque en el cliente, es claro que parte de los objetivos del Sistema Nacional de la Calidad es satisfacer las necesidades de estos, dentro de las cuales encontramos el bienestar humano en general y más específicamente los temas relacionados a la salud.
Las normas del marco internacional y nacional deben ser gestionadas dentro de una infraestructura de calidad que permita un ecosistema robusto en normalización, metrología, certificación y acreditación que involucre a todos los elementos que participen e impacten a la salud y bienestar humano, con el fin de dar confianza a los consumidores sobre la seguridad con que cuentan los productos y servicios relacionados a esta materia.
De igual manera, los procesos de calidad ayudan en la innovación en tecnologías médicas que abarcan el desarrollo de medicamentos, técnicas para precisar diagnósticos a través de dispositivos médicos y contar con tratamientos más efectivos. Lo mismos aplica al comercio de alimentos, en donde el SNC y la cadena de evaluación de la conformidad aportan de gran manera al demostrar la idoneidad de los productos que se consumen para el beneficio de todos, bajo un marco de transparencia en donde prevalece el desinterés de los entes de acreditación y verificación.
Los Obstáculos Técnicos al Comercio y las Medidas Sanitarias y Fitosanitarias son elementos que aportan con el cumplimiento de estos objetivos de salud y bienestar, asegurando las condiciones óptimas para dar balance entre las libertades al comercio de productos y servicios versus el bienestar y la salud.