La respuesta pareciese lógica porque cuando nos hablan de transición energética lo primero que se piensa es “dejar de depender de combustibles fósiles y servirse de energía generada a partir de fuentes renovables”, por lo que debería decir que el mejor esquema es el descentralizado; sin embargo, que sea lógico el razonamiento no significa que sea fácil, conveniente o acertado. Lo pienso así porque a hoy no me he podido imaginar una transición energética al 100% o un mundo sin combustibles fósiles, por tanto, me inclino porque sea un esquema combinado. Que coexista el mercado centralizado con el descentralizado, como pienso igual que debemos coexistir con los combustibles fósiles.
El esquema descentralizado me hace pensar en la existencia de muy poca regulación y en la dificultad de realizar las coordinaciones entre tantos actores que existan en un determinado mercado al igual que en la dificultad de que sus habitantes tengan igual acceso y la capacidad de auto servirse con sus propios sistemas para autoconsumo, de modo que el Estado debe garantizar la existencia de un ecosistema eléctrico que permita suministrar electricidad de manera masiva y a gran escala, a precios justos o razonables y en casos especiales sociales, hasta con subsidio.
Me parece que el esquema centralizado bien regulado no representa una barrera para la entrada de otras fuentes o sistemas particulares y que se alcancen los objetivos de los planes de transición; así como también me parece que un esquema totalmente descentralizado sea lo mejor para promover la descarbonización total de los mercados o comunidades. La mejor transición energética me parece que es la que pueda ser sostenible, con cierta estabilidad y balance, por eso considero que debemos pensar en un modelo mixto (centralizado y descentralizado a la vez).