El artículo inicia con la contextualización del entorno energético y cómo ha ido evolucionando de manera que permita la proliferación de mercados eléctricos bajo diferentes escenarios.
Quinteros y Masache realizan una comparación de mercados eléctricos centralizados y descentralizados, cuyas principales características de los mercados centralizados son una alta regulación y planificación de parte del Estado, a diferencia de un mercado eléctrico descentralizado con una alta competencia y libertad de mercado.
Así mismo, los mercados centralizados se destacan por ofrecer una mayor estabilidad y control, sin embargo, tienen un mayor impacto en costos operativos como en eficiencia.
Ahora bien, los mercados descentralizados, aunque son más eficientes, presentan problemas de coordinación y estabilidad del suministro eléctrico.
Ahora bien, aspectos como la inserción de energías renovables, principalmente la eólica y solar, tiene impactos interesantes en cada uno de estos mercados. Por ejemplo, en los mercados centralizados la integración de este tipo de tecnologías puede ser más fácil debido a su mejor planificación, que se da de manera coordinada, sin embargo, requiere mejoras regulatorias importantes.
Por otro lado, en cuanto a los mercados descentralizados, la inserción de este tipo de tecnologías se ven facilitadas por una alta flexibilidad y resiliencia de parte de este tipo de mercado. Sin embargo, requiere una alta inversión en infraestructura robusta para garantizar la estabilidad del sistema y requiere mecanismos de incentivos de este tipo de tecnología.
El artículo, finaliza concluyendo que la transición energética hacia un sistema eléctrico más eficiente y sostenible, implica retos para ambos tipos de mercados. La importancia está, en encontrar un equilibrio que permita aprovechar las ventajas de cada modelo que incentive positivamente la implementación de energías renovables.