Aunque el ciclo de políticas públicas suele presentarse como un proceso lineal y estructurado, en la práctica es mucho más complejo e iterativo. Este ciclo involucra varias “cajas negras” donde la influencia de múltiples actores y factores externos puede alterar significativamente el curso de las políticas. Estas cajas negras representan etapas del proceso donde la opacidad, las negociaciones y las decisiones internas pueden cambiar la dirección esperada de las políticas, haciéndolas menos predecibles y más sujetas a ajustes continuos.
El proceso de políticas públicas es iterativo porque la retroalimentación de cada etapa puede identificar nuevos problemas que requieren soluciones adicionales, reiniciando el ciclo. Esta dinámica de ajuste y adaptación asegura (por lo menos en la teoría) que las políticas evolucionen continuamente, respondiendo a las realidades cambiantes y a las lecciones aprendidas durante su implementación y evaluación.