¿Desde nuestra perspectiva y retomando la afirmación del Dr. Vargas, estamos actualmente con la capacidad desde la gestión pública de nuestras instituciones de asumir nuevos retos, de cara a los cambios futuros?
Para el caso de América Latina, puede considerarse que se está transitando hacia los nuevos paradigmas de la comprensión y accionar de la gestión pública, existen muchos profesionales ejerciendo y existen varias instituciones regionales fortaleciendo las capacidades del recurso humano tanto para la nueva visión de gestión pública, como en la transversalización de las políticas públicas, parte de las instituciones son: Centro Latinoamericano de Administración para el Desarrollo, Banco Interamericano de Desarrollo, Banco de Desarrollo de América Latina, Fundación Internacional y para Iberoamérica de Administración y Políticas Públicas, y otras; las cuales además de capacitación y formación, brindan recursos para la modernización física.
A pesar de que la población con estudios superiores relativamente poca en nuestras sociedades, las instituciones públicas poseen en sus filas a personas con las capacidades, habilidades, con una visión de la gestión publica moderna, innovadora y con una visión más empresarial, en el sentido de resolver problemas, no de ser entidades con procesos obsoletos.
Las capacidades del personal de las instituciones públicas, esta de acuerdo para asumir los nuevos retos y a esta etapa de la historia se ponen en debate el nombre de “Clase estéril” que utilizó Quesnay (1758) para los empleados públicos, que a pesar de que la participación de estos no genera ningún valor en el proceso productivo, es la gestión pública modernizada la que permite llevar procesos productivos de crecimiento y de acuerdo al entorno cambiante.
Es de reconocer que actualmente existe en muchos ámbitos una injerencia política electoral, que limita a que las instituciones con sus capacidades para los nuevos retos, limita las capacidades y habilidades del recurso humano, no es un tema generalizado, pero si latente que persiste y limita el avance y la innovación de la gestión pública.
Por lo anterior, Naím (2015) reafirma que la burocracia (como referente de la gestión pública), debe tener un dinamismo, crecimiento e innovación al mismo ritmo que el sector empresarial, ya que este sector se ha caracterizado por una burocracia eficiente y eficaz, que ha dirigido muchas de las innovaciones y cambios del mundo. Si la gestión pública, no logra superar la barrera político-electoral que frena muchos avances, la burocracia estatal se verá con escasa capacidad de regulación, dirección y control dentro territorio.
¿Se traducen esos nuevos enfoques en la satisfacción de las necesidades reales de las y los habitantes en la calle?
Y si, con los nuevos enfoques se puede llegar a las necesidades reales requiere procesos de transversalización de políticas públicas, de servicios más innovadores (como Gobierno Digital), de “tropicalización” de acciones, ya que no todos los territorios son homogéneos.
Estamos en un mundo tan cambiante, que es necesario que el Estado con todo su aparataje logre disminuir las incertidumbres, la “miopía” institucional que menciona Paul-Vargas (2020) cuando la gestión publica no transita a las muevas formas y se queda atrapada (por diversas razones, electorales o misión cortoplacista) en las formas habituales; no lo se logra actuar en favor de la población ante la realidad compleja y cambiante que exige asumir nuevos retos de largo plazo, y anticipar acciones a los efectos de la globalización.