La cultura
organizacional de una institución o empresa ejerce una fuerte influencia en el
quehacer de los trabajadores, quienes tienen que adaptarse a los valores de la
empresa y buscan el cumplimiento de metas o logro de objetivos del conjunto. Dentro
del proceso que se recomienda para general un cambio de esta cultura organizacional se encuentran:
· Cimentar las bases: primeramente, debe generarse en los miembros de una organización la necesidad por el cambio, demostrando con hechos los beneficios del cambio, determinar cuál será el camino y cuáles objetivos que deben cumplirse.
· Poner en marcha el proceso: es momento de la acción donde se ejecutan los cambios.
· Mantener los avances: Se debe hablar sobre los logros y felicitar quienes lo ameriten. Nada ayuda más a mantener los cambios que el reforzamiento positivo
Un ejemplo de ellos fue cuando llegué a una unidad y todos los profesionales tenían varios años de estar en sus puestos fijos, ya tenían definidas sus funciones, cada uno sabía su rol y cuando se les solicitaba hacer una función diferente, que estaba en su perfil de trabajo, lo desconocían. Por lo anterior, tomé la decisión de que todos los profesionales rotarían en todos los puestos que les corresponde a su perfil, de manera mensual, por lo que todos estarían capacitados para asumir cualquier puesto, conocer sus características y ser más eficientes en los servicios. Al inicio, se generó resistencia de algunos que no querían ser trasladados por la baja carga de trabajo, otros estaban contentos porque estaban sobrecargados de trabajo y ya estaban cansados. Al final se logró realizar, los funcionarios comprendieron la necesidad y la importancia de conocer todos los puestos de trabajos disponibles y si alguno falta, yo podría poner a cualquiera que sabría cómo hacer dicha función.