El informe del BID de 2021 revela que la confianza en las instituciones y entre las personas en América Latina y el Caribe es extremadamente baja. Solo el 10% de las personas confía en los demás y menos de una de cada tres confía en su gobierno. Las causas principales incluyen la corrupción generalizada, que socava la credibilidad institucional; la desigualdad económica y la exclusión social, que fomentan un sentimiento de injusticia; la inseguridad y la violencia, que muestran la incapacidad del gobierno para garantizar la seguridad; y el desempeño gubernamental deficiente, con servicios públicos ineficientes y una burocracia engorrosa. Además, la inestabilidad política y la polarización social agravan la desconfianza. Para revertir esta tendencia, se necesitan reformas estructurales que promuevan la transparencia, la rendición de cuentas, la inclusión social y la eficiencia en la prestación de servicios públicos.