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La confianza en entre las personas y en las instituciones del Gobierno

La confianza en entre las personas y en las instituciones del Gobierno

de José Rodrigo Guevara Soto -
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El informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) del año 2021 resalta una preocupante realidad en América Latina y el Caribe: la confianza tanto interpersonal como en las instituciones gubernamentales es significativamente baja en comparación con otras regiones. Este fenómeno, donde solo el 10% de las personas indica que se puede confiar en los demás y menos de un tercio confía en su gobierno, es un reflejo de múltiples factores socioeconómicos y políticos que afectan la región. Las teorías de gestión corporativa y la nueva gestión pública ofrecen lentes a través de los cuales se pueden analizar estas cifras.

Desde la perspectiva de la gestión corporativa, la confianza se ve influenciada por la transparencia, la rendición de cuentas y la ética en la conducción de las organizaciones. En contextos donde prevalecen la corrupción y la impunidad, la confianza tiende a erosionarse. La falta de mecanismos efectivos para garantizar la integridad en la gestión pública y privada puede llevar a una percepción generalizada de ineficiencia y deshonestidad, lo que a su vez disminuye la confianza en las instituciones y entre individuos.

Por otro lado, la teoría de la nueva gestión pública, que promueve la eficiencia y la efectividad administrativa mediante la adopción de prácticas del sector privado en el sector público, sugiere que la confianza puede ser fortalecida a través de la competencia, la orientación hacia resultados y la satisfacción del ciudadano. Sin embargo, la implementación de estas prácticas en la región ha sido desigual y, en ocasiones, superficial, sin abordar las causas subyacentes de la desconfianza, como la desigualdad y la falta de oportunidades.

Además, la confianza interpersonal y en las instituciones puede verse afectada por la historia política y económica de la región, que incluye períodos de inestabilidad, autoritarismo y políticas económicas que han exacerbado la desigualdad. Estos factores históricos pueden dejar un legado de escepticismo hacia las autoridades y dudas sobre la solidaridad entre las personas.

La confianza es un pilar fundamental para el desarrollo socioeconómico. Afecta la disposición a invertir, a participar en el mercado formal y a colaborar con el gobierno y otros ciudadanos. La baja confianza reportada por el BID puede ser indicativa de barreras significativas para el crecimiento y la cohesión social en América Latina y el Caribe. Por lo tanto, es crucial que los responsables de la formulación de políticas y líderes empresariales trabajen conjuntamente para abordar estos desafíos, promoviendo reformas que incrementen la transparencia, la rendición de cuentas y la equidad, con el fin de restaurar la confianza y fomentar un desarrollo más inclusivo y sostenible en la región.