Aspectos teóricos de la evaluación
Salcedo, Roberto.
Evaluación de políticas públicas.
La sola idea de evaluar una política pública representa una postura política, ya que a pesar de la cientificidad con la que se realice, lo que se estudia es parte de la arena política, producto de una decisión política, la cual puede llegar a exponer una serie de problemáticas de índole público y como se ha actuado para resolverlas, que en muchos casos, sirven para denostar o exaltar las acciones gubernamentales. Por lo tanto siempre existe un riesgo de caer en sesgos ideológicos, los cuales deben ser disminuidos por medio de objetivos, metas y métodos claros.
La evaluación debe partir de la conceptualización, ayudándose de la hermenéutica para encontrar el sentido justo de un concepto –en un universo donde abundan las distintas versiones- para así convertir lo multívoco en unívoco, para que así: todos entiendan lo mismo.
El ejercicio de evaluación, agrupa la mayoría de conceptos en cuatro básicos, de estos se desprenden los demás, estos son: Investigación social, evaluación, análisis de políticas y auditorias de desempeño.
El primero de estos grandes conceptos, investigación social, se realiza con el fin de construir conocimiento, el cual tiene como destino la comunidad científica. La investigación teoriza, crea modelos y leyes con el fin de confirmar o rechazar sus hipótesis, llevándolas por pruebas empíricas respaldadas por la observación del actuar gubernamental. Para lograr esto la investigación científica debe contar con estas cuatro características: universalismo, que la verdad sea aplicable a situaciones amplias, no solo limitándose a situaciones particulares; comunalismo, el conocimiento debe pertenecer a todos, para así ayudar al desarrollo de la ciencia; imparcialidad, eliminación de los prejuicios y sesgos –dentro de lo posible- para así mostrar los hechos tal y como son; escepticismo sistemático, la capacidad de la ciencia para someterse a un cuestionamiento crítico y constante.
El segundo concepto, el de evaluación de políticas públicas, es la forma en la que se valora la acción gubernamental para resolver una problemática de la agenda pública. A diferencia de la primera, el destinatario suelen ser los actores políticos, por lo cual a pesar de poder crear conocimiento científico, no es su principal función. La evaluación tiene como su principal objetivo el de proporcionar evidencias suficientes, pertinentes, competentes y relevantes del grado con el que la implementación de una política pública ha conseguido
los fines que se proponía cumplir y del grado en que ha producido otras consecuencias colaterales, por lo que se puede entender a la evaluación como investigación social aplicada.
El tercer concepto, análisis de políticas públicas, tiene como principal diferencia con el de evaluación, el momento en el que se estudia la política pública. Mientras que la evaluación se realiza terminada la política, el análisis lo hace antes de que esta sea ejecutada, se ocupa de la conceptualización del problema, estudiando la futura aplicabilidad del proyecto para así hacer más eficientes las prácticas gubernamentales.
El último concepto es el de las auditorias de desempeño, la cual puede entenderse como el proceso por el cual el gobernante se hace responsable del mandato de representación conferido por los gobernados. Es una evaluación del desempeño de las políticas gubernamentales con las siguientes características: sistemática, interdisciplinaria, organizada, objetiva, propositiva, independiente y comparativa. La auditoría se centra en tres aspectos de la política gubernamental: eficacia, eficiencia y economía.
Retomando la importancia que tiene la hermenéutica, es necesario conceptualizar el término evaluación. La evaluación trata de encontrar la racionalidad detrás de las decisiones sobre el gasto público, describiendo y explicando con precisión las razones de los tomadores de decisión. Dentro de las etapas de las políticas públicas –diseño, origen, gestión, implementación y evaluación- es cuando se revisan los efectos de las mismas.
Para cumplir con el rigor metodológico, la evaluación debe cumplir con los siguientes criterios: problema, la definición con detalle y precisión, su formulación; objetivos, que pretende la investigación; conceptos, las categorías teóricas que pueden ser observadas; marco teórico, el conjunto de proposiciones articuladas de forma lógica, que sean observables y cumplan con los criterios de validez interna; hipótesis, el planteamiento -de forma clara- del resultado esperado; instrumentos y recolección de información; recolección de datos, categorías, contextos, variables, etc.; análisis de resultados, la búsqueda de la validez interna y externa de los resultados
FIN