Los tres artículos están asociados a lo que en las lecturas se llama “costos de la no calidad”. La larga espera para recibir una cita para solicitud de ayuda social en el IMAS, la ineficiencia del MOPT para dar citas y stickers de revisión técnica y el pago de más del MEP a educadores, por errores de proyección; son todos claros ejemplos de la mala gestión que se realiza en nuestras instituciones públicas. Estas se encuentran marcadas por la lentitud y los procesos ineficientes, por los trámites excesivos y muchas veces ineficientes, por la falta de transparencia, por la falta de coordinación entre las instituciones del Estado, la falta de información accesible, clara y digitalizada, etc. Son todos problemas que se asocian a la falta de voluntad por mejor las instituciones y gestionar la calidad en las mismas. Implican sin duda, grandes costos sociales y económicos en los que se incurre solamente por la mala calidad de los servicios brindados.
Resulta necesario trabajar a nivel país, con voluntad política y compromiso de los distintos sectores de la sociedad costarricense, para generar estrategias que nos lleven a mejorar la gestión de nuestras instituciones, a fin de evitar estos gastos innecesarios, que tanto nos afectan como sociedad.