Las tarifas eléctricas en Costa Rica están reguladas por la Autoridad Reguladora de los Servicios Públicos (ARESEP), que dentro de sus objetivos busca establecer tarifas justas y razonables para los usuarios. Sin embargo, esta percepción de lo que es "razonable" puede variar dependiendo de diversos factores, como los costos de generación de energía, los costos de distribución y transmisión, así como consideraciones de equidad social y ambiental. Se realizan revisiones periódicas de las tarifas eléctricas para garantizar que reflejen adecuadamente los costos de operación y mantenimiento del sistema eléctrico y que esto permita el reconocimiento de la inversión.
En Costa Rica, el sistema eléctrico se basa en gran medida en fuentes de energía renovable, como la hidroeléctrica, la geotérmica y la eólica. Esto puede influir en la estabilidad de las tarifas eléctricas, ya que estas fuentes tienden a tener costos operativos más estables en comparación con las fuentes de energía no renovable, como el petróleo o el gas natural pero también se pueden ver afectadas algunas vulnerabilidades como el cambio climático que puede llevar a situaciones de sequia extrema, lo cual puede implicar que el sistema requiera de energía térmica.