La mayoría de los hospitales públicos enfrenta desafíos significativos con respecto a la gestión de camas hopitalarias a nivel nacional. Dentro de el estudio de Melvin Morera-Salas, se indica que el 58% de los hospitales tiene una mala distribución interna de las camas, lo que resulta en sobreocupación y saturación de algunos servicios y subutilización en otros, además, el 83% de los hospitales presenta estancias más largas de lo esperado en al menos un servicio. El índice de funcionamiento y el índice de ocupación son herramientas clave para medir la eficiencia en la utilización de recursos hospitalarios. Por lo tanto, ¿Cómo podrían utilizarse estos indicadores de manera más efectiva para identificar y corregir ineficiencias y así obtener el mayor provecho de los recursos que se tienen actualmente sin necesidad de adquirir nuevos espacios, servicios, camas o personal?
El estudio sugiere la necesidad de desarrollar protocolos para estandarizar la prestación de servicios en los grupos relacionados de diagnóstico con mayor variabilidad en la estancia media. Por lo que considero que sería sumamente eficiente contar con un protocolo que cuente con los indices mencionados anteriormente para lograr disminuir la carga actual y por medio de un protocolo, ordenar los servicios sin la necesidad de uso de presupuesto.