Cada persona, posee una “mochila” cultural, la cual influye en la percepción del mundo, en dar significado conductas, y creencias; formando grupos sociales aquellas personas que poseen las mismas creencias, valores, comportamiento y cultura.
La cultura burocrática, que hace referencia el autor, es debido a que las sociedades no son homogéneas, cada una posee sus particularidades, comportamientos, tradiciones, creencias, fe y otros. Por lo tanto, estas particularidades de la sociedad, es lo que define las instituciones, y las burocracias.
Marx desde el materialismo histórico, definió que la estructura como la base material y económica de la sociedad reflejado en el modo de producción. Y la superestructura como las normas, valores, creencias, conciencia, prácticas culturales y políticas; se incluyen la educación, religión, el derecho, el arte, la filosofía y otros, que conforman la estructura ideológica. Para Marx, la estructura es lo que determina la superestructura, ya que de esa manera se garantizan las condiciones del modo de producción. Ejemplo de ello, es que en nuestras sociedades con una ideología y forma de producción capitalista, donde la propiedad privada es esencial, la superestructura con sus leyes, sistema político y otros -donde opera la burocracia- crean las condiciones para garantizar la propiedad privada.
Lo anterior es reflejo, que el modo de producción, la estructura según Marx, es parte de lo que forma nuestra cultura, lo que incide en nuestra forma de pensar, de creer y de actuar; pero en las sociedades con un modo de producción alternativo, donde la propiedad privada es mal vista, la superestructura crea las condiciones para que no exista propiedad privada, ya que es perspectiva, es la cultura de dicha sociedad, vivir sin propiedad privada.
Por lo tanto, la burocracia cultural, depende en gran medida de la estructura de la sociedad, estructura que marca nuestra cultura, creencias y demás aspectos particulares.