Del articulo podemos extraer que la cultura se genera en la interacción entre experiencia, emociones y razón, estas experiencias mentalmente generan modelos, los cuales orientan nuestro comportamiento. Para cambiar una cultura, es necesario replantear estos elementos y luego trabajar para alinearlos con nuevas experiencias, emociones e ideas.
Un ejemplo propio de esto es el cambio hacia prácticas sostenibles, imaginemos una institución que tradicionalmente ha operado con métodos y procesos que generan altos niveles de residuos y contaminación ambiental. Los colaboradores están acostumbrados a esta forma de trabajar, donde sus modelos mentales pueden no considerar la sostenibilidad como una prioridad.
Para cambiar esta cultura hacia una más sostenible, la institución decide implementar nuevas políticas, prácticas y tecnologías que reduzcan su huella ambiental. Al principio, puede haber resistencia y negación de la importancia de estas iniciativas por parte de algunos colaboradores. Sin embargo, con el tiempo, a medida que se exponen más a estas prácticas y se comunican los beneficios ambientales y económicos, algunos empleados comienzan a cambiar sus ideas y compromisos, se comienza a ver la sostenibilidad como una oportunidad para innovar y mejorar la imagen.
El proceso de cambio cultural ocurre cuando las nuevas experiencias, trasciende a nuevas emociones y se pueden observar los beneficios económicos de la sostenibilidad, esto modifica gradualmente los modelos mentales de los colaboradores.
Este ejemplo ilustra cómo la cultura organizacional puede cambiar a través de la exposición a nuevas experiencias y emociones, y cómo es crucial trabajar con los individuos para alinear sus modelos mentales con los nuevos paradigmas que se desean promover.