El sistema de salud costarricense es uno de los más paternalistas en relación a los demás países latinoamericanos. La CCSS es una institución fundamentada en el principio de la universalidad y la solidaridad, lo que garantiza la ampliación de la cobertura con base a las necesidades del usuario sin tomar en cuenta su aporte económico al sistema.
Costa Rica tiene un sistema de salud que brinda una amplia cobertura, sin embargo, no lo definiría en este momento como robusto, cabe mencionar que mediante las alianzas interdisciplinarias públicos (CCSS- Ministerio de Salud) y privada se ha logrado brindar una atención satisfactoria que permite abordar situaciones de emergencia evitando que estas se salgan de control.
Posterior a la reciente pandemia por SARS-CoV2, datos brindados por auditorías de seguimiento se reveló que pese a que se logró “contener” de cierto modo la emergencia presentada, para muchos de los esfuerzos realizados en brindar respuesta presentaron limitantes debido a la estructura organización que poseemos, principalmente se evidencian debilidades en los sectores más alejados a la capital, especialmente en las zonas indígenas.
Por lo que el sistema de salud costarricense cuenta con todo el potencial para que sea robusto, sin embargo hay muchos puntos que deben de ser reforzados tales como infraestructura, organización interna, recursos materiales y suministros y especialmente que estos sean distribuidos de forma equitativa, lo que garantizaría poder brindar una respuesta rápida y oportuna en caso de alguna eventualidad.