El poder de la Confianza y de la Expectativa Positiva: ¿es para todos?

El poder de la Confianza y de la Expectativa Positiva: ¿es para todos?

de Marco Antonio Vargas Soto -
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El poder de la Confianza y de la Expectativa Positiva: ¿es para todos?

 

Luego de observar el video del efecto Pigmalión y Galatea, en el enlace compartido, queda uno con una inquietud, que no deja de ser un factor que siempre está presente, y es cómo manejar al personal que es problemático, sobre todo en el contexto de las instituciones públicas.  En otras palabras, es posible de dar y tener una expectativa positiva y tener confianza a quién con sus acciones no se ha hecho merecedor de ello, lo anterior puede llevar a pensar en términos de que fue primero, el huevo o la gallina, es decir un empleado no tiene un desempeño adecuado porque primero no se le trato con una expectativa positiva y confianza para generar un cambio positivo o hay personas que definitivamente no cumplen con las expectativas así usted los trate con todo el espacio de confianza y positivismo posible. 

Muchas veces nosotros nos encontramos con situaciones consolidadas, es decir entramos a liderar un servicio con personal ya contratado y del cual nosotros no tuvimos ningún tipo de relación con la escogencia de dicho personal, en dicho escenario es muy posible encontrarse con el o los “problemáticos”.  Y es aquí donde DOBLA EL RABO LA CHANCHA, como decimos en Alajuela, que hacemos con los famosos “problemáticos” los apartamos procurando colocarlos en posiciones donde produzcan el menor daño a un servicio o aplicamos el llamado efecto Pigmalión y Galatea, en primer lugar, hablando desde el punto de vista de la institucionalidad costarricense quitarse este tipo de elementos puede llevar a una lucha de años con un resultado incierto por lo que muchas jefaturas llegan a la famosa resignación del mal empleado público, es decir se acepta que tenemos malos colaboradores en un servicio público y lo disimulamos.  Sin embargo, porque no atrevernos a aplicar una estrategia que potencie el efecto Pigmalión en nuestros servicios, dejémonos de prejuicios y porque no intentar algo diferente para mejorar el desempeño de nuestro personal y no utilizar la receta inquisidora o la receta controladora o peor la receta de la indiferencia.  En nuestra cultura se tiende a potenciar lo negativo sobre lo positivo, se le da más importancia a la crucifixión que a la resurrección, porque no ser nosotros agentes de cambio y darle a nuestro personal la confianza y la expectativa positiva que muchas veces nosotros mismos deseáramos recibir, lo peor que puede ocurrir es que no haya ningún cambio.

En fin, volviendo al título de esta pequeña disertación, ¿Es aplicable para todas las personas el poder de la confianza y la expectativa positiva? La respuesta es que si, sin embargo, no necesariamente los resultados serán los esperados, pero eso no quiere decir que no se pueda al menos intentar, porque no hay peor lucha que la que no se hace y el camino de la mejora por lo general no es sencillo ni rápido.  Para finalizar termino diciendo que los primeros que debemos tener confianza y expectativa positiva somos nosotros mismos porque de lo contrario no vamos a transmitir credibilidad a nuestros colaboradores, si queremos ser líderes nuestro comportamiento debe reflejar lo que le queremos trasmitir a nuestro equipo de trabajo para generar el cambio positivo que se desea.