El efecto Galatea hace referencia a la percepción que una persona tiene sobre sí misma, por su parte caso contrario, el efecto Pigmalión es la percepción que tienen otras personas sobre otros, aplica tanto en casos positivos como negativos, en algunos casos se puede observar que existan similitudes entre ambos o que se encuentren en ejes opuestos.
Estos efectos pueden ser estudiados en diversas áreas, por ejemplo en un hogar en el que un hijo que se percibe como afectuoso y valioso no recibe el trato esperado de sus padres ya que piensan que es vago, desencadenando una serie de inseguridades en su hijo. Sin embargo para los efectos de este escrito se pretende trasladar al ámbito laboral.
Los humanos somos seres emotivos, por lo que dependiendo de las circunstancias, vivencias y personalidades de la persona resulta importante que los jefes o autoridades superiores refuercen en sus subalternos los aspectos positivos que presentan así como brindarles un ambiente de confianza y seguridad (efecto Pigmalión), al una persona sentirse valiosa en su trabajo demuestra un mejor desempeño en sus funciones y generan un entorno de productividad.
Es importante en las instituciones reforzar las habilidades blandas además de las profesionales, ya que si los líderes entendieran que con un mismo equipo bajo condiciones motivaciones inadecuadas es difícil que se cumplan los objetivos planteados, pero bajo el ambiente adecuado propiciando un ambiente seguro podría generar que las expectativas y los resultados que tienen sobre los subalternos tomen el mismo camino.
En conclusión para lograr climas de trabajo que propicien ambientes productivos en donde se logren los objetivos planteados y existan retroalimentaciones o propuestas por parte de los mismos trabajadores, se debe de enfocar en que por medio del efecto Pigmalión el efecto Galatea sea resaltado, muchos colaboradores requerirán sentirse validados y útiles para despertar su máximo potencial.