El liderazgo puede identificarse como las características y conductas que presenta una persona para dirigir, motivar, guiar, influir y gestionar grupos de personas. Ahora bien, portar dichas características en un contexto colmado de presiones para el cumplimiento de metas, objetivos, en tiempos y presupuestos definidos, resulta trascendental, ya que la persona líder o lideresa (gestor o director de proyecto) no sólo se encomendará al cumplimiento de la tarea, sino también debe guiar al equipo de trabajo que acompaña el proceso.
Por consiguiente, el Liderazgo participativo o democrático (estilos de liderazgos de Lewin) es un tipo de liderazgo que promoverá la colaboración, contribución por parte de todos los miembros. Mas allá de la teoría, en la práctica es importante reconocer la importancia de la capacidad del líder o lideresa de “inspirar” al equipo de trabajo. Ya que, a través de la inspiración, será efectivo el aumento de compromiso, fluirá la creatividad, lo que incentivará a la creación, innovación y transformación.
Así lo indica Jesse Fewell (2018), “Las personas exitosas se convierten en grandes líderes cuando aprenden a cambiar el enfoque desde ellos hacia los demás”, la motivación e inspiración hace que las personas “hagan lo que tienen que hacer”, a ello se le recalca a un liderazgo fuerte.