Un suceso extremadamente raro el cual tiene la capacidad de producir un gran impacto, es denominado como Cisne Negro (Calderón, 2017), dichos eventos ocurren cada cierto tiempo, ya que vivimos en contexto de constantes cambios.
Lejos de las víctimas, estragos y otras externalidades negativas que pueden ocasionar en la sociedad, los cisnes negros aceleran el avance de la ciencia, nos replantean los conceptos, nos modifican la realidad, por lo tanto, hasta cierto punto son necesarios. La gran crisis del 1930, la crisis financiera de 2008, la pandemia de covid19 y otros, puede ser clasificados como cisnes negros, ya que han causado cambios drásticos en todos los ámbitos de la vida; y Calderón (2017) los reconoce como fenómenos disruptivos que rompen la continuidad de patrones.
El rompimiento de patrones, de formas convencionales de hacer las cosas, y encontrar un nuevo método de actuar, una nueva forma de realizar las cosas es parte de lo que reconoce Schumpeter (1883-1950) como innovación. Por lo tanto, los cisnes negros, pueden considerarse que están en relación directa con las innovaciones, por ejemplo, la pandemia del covid19 acelero las investigaciones para crear vacunas, nuevas medicinas, métodos de sanitización, el estudio del comportamiento-evolución de los virus, y no solo innovaciones o cambio en el rubro de la salud. También en el ámbito de la economía, se generaron impactos que modificaron las formas de producir, de emplear mano de obra, y asi en el resto de ámbitos.
Lo anterior es muestra de que los cisnes negros, a raíz de los estragos, los cambios que generan, obligan a innovar y superar estos eventos; solo asi el sistema de producción actual, la existencia humana y demás, logran evolucionar y transformarse para sobrevivir. Ahora, somos más resilientes a los virus, ahora el sistema financiero posee más regulaciones, nuevas formas digitales de transar, y asi podemos enumerar diversas innovaciones incrementales y radicales a raíz de los cisnes negros.