Del trabajo tan interesante, que nos expone el autor se logra concluir que el porcentaje ideal en la tasa de cesáreas por centro médico ideal que debe rondar entre un 10-15% establecido por la OMS, definitivamente no se está logrando y que nuestro país además de tener una tasa alta, no hay una diferencia entre los embarazos de alto y bajo riesgo en relación con la tasa de las cesáreas. El aumento de esta tasa de cesáreas >10% implica que no hay una relación entre el procedimiento y la disminución de la mortalidad materno y fetal.
La gravedad o el riesgo de un embarazo (alto y bajo riesgo) definitivamente y según el estudio no influye en la variabilidad de las tasas de cesáreas y considero que cada vez influirá menos, en el tanto se motive a la paciente según las nuevas prácticas, a elaborar un plan de parto con un mal concepto de parte de la usuaria de pensar a la cesárea como una decisión propia y no como un tratamiento médico que debe tener una indicación clara y precisa con información sobre todos los riesgos y complicaciones que una cirugía como esta conlleva y en la cual se llega incluso a perder el doble de sangre que un parto vaginal, con tiempos de recuperación más largos y estancias hospitalarias prolongadas debido a las complicaciones inherentes al procedimiento. Mayoría de complicaciones, que en un parto vaginal no se presentan.
Los protocolos establecidos en un servicio de Obstetricia, no son los mismos que en todos los hospitales; si así fuera esto ayudaría a consensuar de forma nacional las verdaderas indicaciones de cesárea y de igual forma educar a la paciente en que se trata de un tratamiento médico y no una cirugía electiva. Y quizás la gravedad de la paciente si tendría significancia en la variabilidad de las tasas de cesárea.