Los principios de la organización flexible son fundamentales para mejorar la eficiencia y la capacidad de adaptación en las organizaciones de servicios de salud. Entre los que se abordaron en la clase se encuentran: pensar globalmente pero actuar localmente en servicios de salud esto es fundamental para responder de manera ágil a las necesidades específicas de los pacientes y comunidades atendidas. La integración de servicios para mejorar la coordinación entre diferentes unidades médicas es esencial y permite un mejor aprovechamiento de los servicios. Asimismo, es crucial adoptar estructuras organizativas planas con pocos niveles jerárquicos, ya que esto se promueve una toma de decisiones más rápida y flexible.
Por otro lado, orientar la gestión hacia resultados en lugar de funciones específicas permite centrarse en la eficacia y la calidad del servicio ofrecido, manteniendo siempre un enfoque en las necesidades individuales de los pacientes ofreciendo opciones de tratamiento personalizadas, por ejemplo. Además, contar con una plataforma de información por medio de sistemas tecnológicos de registros médicos electrónicos y herramientas de análisis de datos, es fundamental para compartir datos clínicos y administrativos de manera eficiente, lo anterior para optimizar la coordinación de la atención y los recursos disponibles. En conjunto, estos principios fortalecen la capacidad de las organizaciones de salud para adaptarse rápidamente a cambios externos e internos asegurando atención de calidad a los pacientes.