Cuando Peter Drucker estableció la frase: la cultura se desayuna a la estrategia por la mañana, orientaba a la importancia de trabajar los fenómenos culturales organizaciones como agentes de desarrollo. Por mi formación en calidad, todo autor – libro establece al menos un capítulo sobre Cultura de la Calidad; porque se sabe que sin cultura no hay desarrollo. Hay sistemas que su cultura rige, como pasa en sectores estatales donde el ritmo de producción, la exploración del cliente, la superación de expectativas entre otros, no son prioridades perennes de la gestión.
La cultura son acciones de comportamiento de los colaboradores, que deben de ir de la mano con la estrategia organizacional, siempre teniendo al cliente como razón de ser. Se habla del cliente centrismo, donde literalmente no se espera que el cliente siempre tenga la razón, pero si la búsqueda de mejoras orientadas tanto a nivel interno como consumidor final.
Por mi experiencia en organizaciones costarricenses, estamos llenos de barreras mentales, donde el no se puede o siempre lo hemos realizado de la misma manera, rigen los sistemas. Si no se tiene tiempo para mejorar, se debe obligatoriamente a tener tiempo para hacerlo dos o más veces…
Como experiencia coloco mi inicio laboral, año 99 al ingresar a una transnacional de primer mundo, la empresa Intel. Cuando Intel ingresa a Costa Rica, año 1997 vino con una cultura de flexibilidad, la cual tuvo que ir restringiendo por el abuso a los beneficios. En palabras de un ex jefe de aquella época: por el abuso se pierden las cosas. Se obligó a marcar y llevar controles cada vez más severos, para evitar el abuso o las inconsistencias por parte de algunos colaboradores.