Es interesante el planteamiento sobre el protocolo de Kioto, que si bien estableció parametros sobre la reducción de emisiones, no completo la vinculación de las principales economías industrializadas del mundo. En estos términos, el ejercicio de la tutela sobre el derecho humano a un ambiente sano, se ve restringido por la efectividad del acuerdo en si. Esto no reduce el avance que pudo generar el acuerdo en función de poner sobre la mesa un tema fundamental para la reducción de los impactos antropogénicos sobre el ambiente, especialmente si consideramos que aquel instrumento fue piedra angular, junto a otros instrumentos, para el Acuerdo de Paris y la Agenda de Desarrollo Sostenible 2030.